lunes, 25 de mayo de 2009

Martes en el forestal.

Es martes y aprovechando que no tengo clases voy al parque forestal a hacer mis observaciones, lo primero que es digno de anotar es que me senté en el pasto, bien cerca del museo bellas artes y por unos centímetros salvadores no me senté en un desecho de canino, lindo.

Es un día agradable, hay un sol que mantiene a la gente un poco más activa, despiertas quizás, no lo sé. Me senté en una banca y desde ahí me propuse anotar en un lapso de 10 minutos cuánta gente pasaba cerca de mí en bicicleta y el resultado fue de catorce.

Unas tenían la apariencia de ir dirigiéndose a un lugar “x”, usando la bicicleta como medio de transporte, otras tenían la apariencia de usar ésta como instrumento para ejercitar.

Dos bancas hacia mi izquierda hay una pareja de jóvenes conversando, se ven tranquilos, rodean los veinte años y están con una bolsa de la que sacan pan y comen, comen, comen. Me llamaron la atención porque cuando me di vuelta a mirarlos fue específicamente porque ella le estaba cantando una canción que decía: “No puedo creer que es verdad, que tanta felicidad haya llegado hasta mi”.

Bien conocida por todos y que a él lo hizo mucho reír, definitivamente a muchos nos hizo reír, porque sin vergüenza gritaba la canción haciendo movimientos con sus manos, de pié.

Hoy no se ve mucha gente, lo más probable es que la hora influye, es cerca del medio día y ningún escolar camina por acá.

Hace un rato pasó un caballero barriendo por acá, no ha pasado ni media hora y el mismo hombre se da una vuelta muy cerca de donde estoy, por lo que veo mantienen muy limpio el sector y hay varias personas encargadas de esto.

Bárbara Soza.

domingo, 3 de mayo de 2009

tranquilidad, paz y relajo


Otro día me encuentro en parque forestal, dándome cuenta que aquí las personas avanza a un ritmo más lento, mucho mas tranquilas, sin necesitad de apurarse por nada, es un minuto mas relajado. Puedo notar que disfrutan la tranquilidad del lugar. A diferencia de los veloces autos que recorren sin pausas las vías aledañas, como es la calle Santa María en horario punta, los autos no dejar de avanzar.

En cambio al interior del parque las personas se toman su tiempo para sentarse, pasear en bicicleta, pasear a los perros, que se nota que son perros que viven en departamento aledaños a este parque, ya que la mayoría son perros de raza pequeña, los que permiten al interior de los departamentos.

También puedo observar que este parque, es un lugar para reencontrase con los amigos y conversar, ya que al estar sentada en el pasto y mirando mi alrededor, ahí grupos de jóvenes riendo conversando y disfrutando un momento de relajo, compartiendo, riendo, otros tomando cerveza, fumando, ya sea cigarro o marihuana, pendiente si es que pasan los carabineros o la seguridad del parque. Me percate de esto, porque se noto cuando pasaron los carabineros, guardando las cervezas que tenía un grupo, hasta que los carabineros se fueron y así pudieron seguir tomando.

Por otro lado están los adultos mayores caminado por el parque o sentados en las bancas que ahí a la orilla del parque, se nota que son personas que buscan una tranquilidad, en mi pareces que mejor sentarse una tarde el parque, mirando áreas verdes, en un espacio de paz, relajo y seguridad, la cuál se da mas de día que de noche.

Sentada en el pasto se me acerco un indigente, pidiéndome un cigarro, de ahí me empezó a conversar y a contar sus historias medias raras, escuchándolo, colocándole atención en lo que me iba contando, ya que tenia unas historias, que a rato me daba risa, todo lo que contaba. El siempre estaba en el parque caminando o durmiendo cerca de los alrededores de este, luego de un rato se fue, encantándose con otras personas que vivían como el. Es común ver a estas personas en el parque, reunidas alrededor de unos jugos, ahí tienen cartones, unas frazadas y cualquier cosa con la que se puedan tapar durante la noche.

Bueno, esta fue otra visita al parque forestal.

Publicado por: Marcela Valenzuela P.