lunes, 22 de junio de 2009

Transmisiones.

Banca del Bellas Artes, justamente frente al no muy agraciado caballo verde ubicado tras el museo. Mi pololo saca de su bolsillo cierto molido verde oscuro, lo deposita en un papel, lo prende y lo sopla con los labios muy cercanamente para, dice él, mejorar el deprimente aroma de Santiago. Unas niñas en uniforme conversan y fuman cigarros, deben rodear todas los doce años, pero su apariencia por el maquillaje quiere pretender los veinte. su estruendosa risa corrompe la línea melódica de la ciudad.

Auto verde, auto blanco, auto rojo, auto negro, auto blanco, auto gris, auto blanco. El paseo Lastarria denota igualmente la tendencia del auto blanco en las personas, claro, el auto se ve mas grande y mas blah blah… Que importa!! Preocuparse de asuntos frívolos como tal.

Llueve en el Paseo Lastarria, pantano forestal bajo mis pies. Veo como a 20 metros a una señora que camina en sentido contrario, lleva chaleco rojo y un paraguas amarillo, la ausencia de otro ropaje cubriendo sus espaldas me dio frío ajeno. El Mapocho va caudaloso y los mojones se deben partir y moler tras el agua.

Las escaleras del Bellas Artes me han albergado en tantas ocasiones. Esta es una de esas tardes frías de post-lluvia. Casi nadie se atreve a aventurarse sin una previa parca o abrigo grueso. Los bebes circulan tiesos e incómodos en sus madres y los que andan desabrigados llevan una expresión rotunda de desagrado. El humo del café me seduce, en mis manos siento su anterior ebullición y bebo de él.
Fin de transmisiones.
Bárbara Soza

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